El Niñopan, Niñopa o Niño-Pa, el niño viajero de Xochimilco

El Niñopa o Niñopan, es una imagen del niño Jesús a la que también se le llama «El niño del pueblo» o «El niño viajero», es, desde 1577, centro de la devoción religiosa en la Delegación Xochimilco de la Ciudad de México, probablemente es la segunda imagen religiosa más venerada de la ciudad después de la Virgen de Guadalupe.

Xochimilco es tierra de fiestas y tradiciones pero la más relevante es la del Niñopan, “el Niño peregrino de los barrios”, porque los recorre uno por uno, durante casi todo el año, para alegrar y unir a sus habitantes.

Al Niñopan le gusta hacer travesuras, como cualquier pequeño; cuando está enojado desaparecen las “chapitas” de sus mejillas y si está contento se ve más sonrojado, los ojos le brillan y nos brinda una sonrisa. Duerme en su moisés; lo desvisten y dejan en ropa interior, le quitan sus zapatitos y lo envuelven en su cobija y al día siguiente lo despiertan con “las mañanitas” antes de vestirlo. En ciertas noches, el Niñopan baja de su cama para jugar y se escucha su risa. A veces sale hasta el jardín y su vestidito aparece lleno de tierra o sucio de pasto y lodo, con huellas de sus andanzas. Al Niñopan no se le trata como a cualquier otro, porque posee el amor de los xochimilcas. Como le gusta jugar, le acercan al altar o a su cunita muchos juguetes: pelotas, carritos y globos. Se ha hecho una costumbre regalárselos sobre todo el seis de enero, día de los Reyes Magos; después se entregan a los niños pobres de la localidad.

Se sabe que el Niñopan fue esculpido en palo de colorín por un artesano indígena en el siglo XVI. Fue diseñado para sentarse y acostarse; con una mano en actitud de bendición, tiene ojos de cristal, café claros y muy pequeños pero bien profundos, con pestañas de un negro intenso. Los ojos dan sensación de tristeza pues se encuentran rasgados y ligeramente extendidos hacia abajo. La nariz es muy pequeña y finamente redonda, con dos minúsculos orificios y una pequeña hendidura. Las orejas son igualmente pequeñas y mal definidas en detalle y sólo muestran un único surco que simula el pabellón de entrada al canal auditivo. Pero la boca es excepcional: pequeña y entreabierta como si emitiera un ligero sonido; el labio superior es de color rojo, más intenso que el inferior. Un pequeño detalle al restaurarlos logró que la sonrisa de la imagen se vea serena y no totalmente distendida como se pretendió en un principio; por la boca entreabierta se distinguen cuatro diminutos dientes pintados en la base del labio superior. Quienquiera que haya sido el autor de la imagen, logró que el Niñopan se viera siempre sonriente, sin importar el ángulo de la persona que lo observa.  Su rostro es pasivo y sereno, rosado y blanquecino, con una terminación de gran maestría.

Mide 51 cm. de altura y pesa 598 gramos, además de tener tres perforaciones en la cabeza para tres potencias, que simbolizan a la Santísima Trinidad. Hoy en día el Niñopa, ya no utiliza sus potencias, por recomendaciones de conservación del Instituto Nacional de Antropología e Historia.

Es muy milagroso, especialmente en caso de enfermedades, por eso visita por las tardes a los enfermos en sus casas o en los hospitales públicos y privados de Xochimilco, para llevar salud y consuelo a los pacientes.

Los franciscanos contribuyeron a infundir la fe por el Niñopan, sin darse cuenta de que para los indígenas también simbolizaba a Huitzilopochtli, “el colibrí del sur”. Sintetiza dos imágenes para los xochimilcas: a Huitzilopochtli en su advenimiento en forma de agua y de recién nacido y al Niño Jesús.

Las mayordomías en Xochimilco siguen conservando las características fundamentales del antiguo sistema de fiestas mesoamericanas, conjugadas con los rasgos de las cofradías coloniales.

El ciclo festivo del Niñopan comienza el 2 de febrero, día de la Candelaria; es cuando se consagra a los Niños Dios de cada hogar, se hace el cambio de mayordomía y se bendicen las semillas para tener una buena cosecha, pues el culto del Niñopan está asociado al ciclo agrícola. Simbólicamente, las semillas deben crecer y germinar por ser un principio de vida. Este día se bendicen las velas, para encenderlas en casos de enfermedad o fallecimiento, siguiendo la concepción dualista de la vida y la muerte de nuestros antepasados prehispánicos.

Una vez terminada la misa de la Candelaria, el señor obispo toma al Niñopan de brazos de los mayordomos salientes y lo entrega a los nuevos. Este es el único día en que el Niñopan se inserta en las celebraciones oficiales de la Iglesia, pues su culto es una expresión de religiosidad popular y por ello no reside en la catedral, sino en el hogar de una familia.

La música de las fiestas del Niñopan muestra la hibridación de nuestra cultura mexicana: “los chinelos representan a los moros, la banda de viento a lo propiamente rural, los mariachis a lo urbano y la estudiantina a lo español”. La fiesta del Niño es una expresión de abundancia, donde estallan cohetes pirotécnicos y se disfruta lo mismo el mole que los mixiotes y los deliciosos y tradicionales tamales de tomate verte y frijol. Por eso es importante la misión de los mayordomos, pues cuando alimentan al Niño con la abundancia de flores y agua, cuidan la vida de Dios.

Afortunadamente, la permanencia de las mayordomías, y con ellas del mundo xochimilca, está garantizada, pues la lista de espera pasa del año 2036 por lo que ha habido familias que, para ejercer la mayordomía, han tenido que esperar hasta 50 años para recibirlo.

La vida del mayordomo cambia radicalmente, pues tiene que atender al niño, cambiarlo diariamente de ropa y acompañarlo a las visitas que tenga que realizar, como lo son a hospitales, casa u otras parroquias.

Además de la ropa, el cambio de vida para la familia anfitriona (conocidos también como hospederos) y demás menesteres, al Niñopan le llevan su agenda. El encargado del Niñopan compra una agenda para el año que lo va a tener. En ella va marcando a las personas que solicitan la imagen, se les pide su nombre, su domicilio, el número de teléfono y su firma. La fama del Niñopan ha trascendido nuestras fronteras, lo han visitado turistas de Venezuela, Costa Rica, Cuba, e inclusive, en una ocasión quisieron llevarlo de visita a Italia. Además, se dice que en una ocasión un mayordomo lo llevó a Disneylandia. Asimismo, el niño tiene de horario para hacer sus visitas y demás actividades.

¿NIÑOPA, NIÑO-PA, o NIÑOPAN?

Niño-Pa proviene del sustantivo niño y del apócope pa, de pale (padre). Niñopa viene de Niño Padre, el Padre celestial niño. Niñopan se forma con la yuxtaposición de la voz niño y la partícula indígena panque se traduce: “en el lugar de”, es decir, “en el lugar en que se ubica el Niño”, o, en otras palabras, el sitio donde radica la mayordomía al Niñopa. Según el cronista, recientemente el vocablo Niñopan es el más usado, y ha tomado el sentido de “Niño del lugar”. Puede haber otras interpretaciones de los apelativos Niñopa, Niño-Pa y Niñopan, pero lo cierto es que la mayoría de la gente lo usa indistintamente y pocos conocen el origen de estas palabras.

Para conocer más:

El Niño de Belem de Xochimilco