Danzas Kikapúes


Los-kikapuesEl Paso del Águila es una danza regional del estado de Coahuila que se origina en el grupo indígena kikapoo (kikapú, Kikaapoa), quien tuvo como jefe a un gran danzante llamado «Águila Blanca», quien fue su creador.

Los Kikapúes consideran un verdadero privilegio contar entre su tradición esta danza que ordinariamente presentan el 6 de agosto y que se acompaña de un solo instrumento, el teponaxtle, que hacen sonar con ritmo acelerado que va desde e tono más suave hasta el sonido más fuerte.

Esta danza se ejecuta para celebrar el éxito en la caza del venado, para festejar una buena campaña militar o para recordar a sus muertos y alabar a sus dioses.

Tanto los hombres como las mujeres kikapúes intervienen en la danza con igual vigor y los jefes de la tribu no permiten que se ingieran bebidas embriagantes durante la festividad.

Minutos antes de organizar la danza en toda forma, el grupo de músicos y danzantes la anuncian por medio del teponaxtle y los dulces cantos de las mujeres que se escucha a gran distancia.  Los pasos que al principio son muy lentos, se tornan de improviso rapidísimos y llenos de vigor y de alegría.

Para esta danza los kikapúes no usan trajes especiales, usan el vestir cotidiano aunque muy limpio; sólo el vistoso color de los vestidos y listones del peinado en la mujer indican el carácter festivo de la ocasión.  En los hombres kikapús la vestimenta consiste en un pantalón de cuero de venado ajustado a las piernas mediante una costura, pero adornado con una gran aleta. Por calzado usan teguas que ellos mismos fabrican de piel de venado curtida. La camisa es larga y cerrada, con múltiples alforzas y puños de campana; usan el pelo recortado a los hombros.

Otras danzas importantes entre los kikapúes son reseñadas por el Laboratorio Universitario de Recopilación de la Danza:

Danza en la Ceremonia de Difuntos. 

En esta danza, se sientan los sacerdotes y músicos frente a la casa del difunto en forma de semicírculo frente a él se colocan dos filas de hombres entre las cuáles arde una fogata.  A un costado de una de las filas de danzantes se ubican dos filas de mujeres.

Los hombres giran y lanzan gritos de guerra, después forman un círculo alrededor del fuego, el sacerdote supremo participa guiándolos y enviando bendiciones a los cuatro puntos cardinales, mientras los otros sacerdotes entonan cantos al mismo tiempo que continúa el tambor.

Danza de «Despedida al Espíritu»:

«Nos dijeron que no era una fiesta… que estábamos en una ceremonia de despedida del espíritu, que hace tres meses había fallecido en un accidente automovilístico un joven de la tribu… y lo estaban despidiendo…en está ceremonia solo danzan los varones, había algunas mujeres en un lugar especial pero… mmmm… sólo como acompañamiento, pero sin participar en la danza… a un lado había una ofrenda con telas de colores y una fogata… El sonido del tambor, los cascabeles, los cantos, los gritos…el paisaje….la danza…  ¡Estábamos en otro Mundo! Chakoka Aniko… jefe de la tribu, lo veíamos de lejos en momentos… en otros entraba a la casa del difunto a orar…»

Nombres de otras danzas:

Según la sección «Acerca de Coahuila» de la página de la Universidad Autónoma Agraria, Antonio Narro explica:

«La expresión que más llama la atención (de la tribu Kikapú) son sus danzas…Algunas se llaman La Chueca, Del Hilo, Del Soldado, De Oro, Del Estribo, Del Coyote, La Cuarenta y nueve, y El Baile de Parejas»

«Danzan La Tegua en abril. También hay danzas como las del Guajolote, el Coyote, el Oso, la Muerte y las Adivinanzas y Apuestas. Bailan a los sones de un tambor y una flauta en círculo con pequeños brincos».

En relación a las fiestas de primavera, Hombres y Mujeres bailan combinados, en ceremonias como a de «las primeras frutas» o «la salida». Un ejemplo es la ceremonia de «La Siembra» dónde los hombres bailan al «abuelo Sol» y las mujeres a la «abuela Luna».

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Los Kikapúes

Los kikapúes se llaman a sí mismos Kikaapoa, que significa «los que andan por la tierra». Algunos autores lo derivan de ki wika pa wa: «el que está alrededor» o «el que se mueve, aquí o allá».

Desde 1852 los kikapúes, indígenas originarios de Wisconsin emigraron al sur huyendo de la guerra contra los colonizadores europeos, asentándose en un lugar conocido como El Nacimiento, en el valle de Santa Rosa perteneciente al Municipio de Muzquiz, Coahuila, colindando al norte con Acuña, al sur con Buenaventura y Progreso, al oriente con Zaragoza y Sabinas, y al occidente con Ocampo.  El Nacimiento se ubica a 3 horas de Saltillo, y a 130 km aproximadamente de la frontera con Estados Unidos.

Todo kikapú debe cumplir con lo que Dios ha mandado. Kitzihaiata escogió a los kikapúes para poblar la tierra, por lo cual deben cumplir con sus mandatos y estar preparados para enfrentar el momento final del mundo, que les permitirá ir con dios a cazar venados de manera permanente. Ser buen kikapú significa cumplir siempre con los ritos de cacería, purificación, año nuevo, fuegos sagrados y bautizos por medio de oraciones, sacrificios y ayunos.

Las celebraciones rituales siempre van acompañadas de carne de venado. El momento culminante de sus oraciones consiste en el consumo de la lengua de este animal, devolviéndolos así a quien se los da, a Kitzihaiata. El venado representa el centro de la vida kikapú; cada venado sacrificado vuelve a nacer. Por esta razón no dejarán de existir y no hay peligro de que se extingan.

El fuego constantemente encendido en el centro de la casa recuerda a los kikapúes que siempre deberán tener encendida la oración a Kitzihaiata. Sobre el fuego sagrado se secan las lenguas y los costillares de venado que se consumirán en las misas y bautizos, en las fiestas de año nuevo y en el regreso a los campamentos de invierno.

Leonor Guillén, en México Desconocido No. 254, relata que existen numerosas costumbres y tabúes. Por ejemplo, antes de empezar a construir una casa se lleva a cabo una ceremonia especial, y ésta debe fabricarse con material virgen.  La casa es de la mujer, pero una mujer adulta necesita el consentimiento del jefe para poseerla o construirla. El terreno pertenece a la comunidad, por ello, si la casa no recibe el cuidado adecuado de sus moradores, el terreno se le asigna a otra familia. Los padres duermen al lado izquierdo de la puerta, mientras que los niños y otros miembros de la familia del lado derecho, y los hijos pequeños a los pies de los padres.  Nadie puede comer en el lado oeste de la casa, ya que ese lugar está destinado a los espíritus. Tampoco está permitido cepillarse el cabello, cortarse las uñas o rasurarse dentro de la casa.

Está prohibido brincar encima del fuego, pues existe la creencia de que las mujeres pueden sangrar hasta morir en su próxima menstruación. No se pueden realizar trabajos de madera y plata dentro de la casa, en particular los que pertenecen a juegos ceremoniales.

Para conocer más de los kikapúes te recomendamos leer “El Nacimiento” de los Kikapúes»

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